Desde niño, el científico Jonathan Barichivich intuyó que el «Bisabuelo», el alerce o ciprés patagónico que su familia cuidaba con esmero en Los Ríos, al sur de Chile, era especial. Ahora, más de tres décadas después, ha descubierto por qué: con casi 5.500 años, bien podría ser el árbol más antiguo del mundo.
El descubrimiento se produjo casi por casualidad, cuando Barichivich estaba estudiando el impacto del cambio climático en los alerces, una especie de conífera originaria de la Patagonia que se ve amenazada por una variedad de factores, como incendios forestales, tala y sequía.
“Obtuvimos una pequeña muestra del árbol y, aunque no era el objetivo inicial de la investigación, pudimos estimar su edad. Nos sorprendió mucho descubrir que es mucho más antiguo de lo que pensábamos, ya que pensábamos que era entre 3.500 y 4.000 años», cuenta a Córdoba Noticiasfrente al gigante de casi 30 metros de altura.
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