Apenas ha caído una gota de lluvia en el norte y la costa de Kenia durante el último año en medio de una feroz sequía que ha privado a dos millones de personas de alimentos y agua y ha matado a miles de animales de granja.
El mes pasado, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, calificó la sequía como un “desastre nacional” y ordenó al tesoro liberar 2 mil millones de chelines kenianos (18 millones de dólares) para comprar ayuda alimentaria de emergencia para las comunidades afectadas.
La sequía, que siguió a una temporada de lluvias más seca de lo esperado entre marzo y mayo de 2021, es más aguda en las regiones del norte de Turkana, Marsabit, Mandera y Wajir, el centro de Samburu e Isiolo, el este de Garissa y la costa del río Tana, Kilifi y Lamu.
“Estamos viviendo un desastre, un desastre de sequía, en la provincia costera”, explica a Córdoba NoticiasHassan Musa, coordinador de la sucursal de Cruz Roja en la región, cuya oficina tiene su sede en Malindi, un popular destino turístico de playa.
Más de 400.000 personas se enfrentan a la escasez de agua en las zonas costeras. Pero no solo los humanos sufren debido a la sequía, dijo Musa.
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