Una madre rompe a llorar al ver a su hija saludándola desde la distancia, separada por la frontera marroquí-argelina que durante décadas ha estado cerrada debido a las tensiones entre las naciones del norte de África.
Son una de las miles de familias separadas por la frontera terrestre de 1.500 kilómetros, cerrada desde 1994 debido a las tensiones bilaterales que recientemente han empeorado.
Latifa, una mujer marroquí-argelina de 58 años, no pudo cruzar desde Argelia, donde ha vivido con su esposo y sus tres hijos durante 30 años, para asistir al funeral de su madre en Marruecos.
“Nada puede curar esa herida de no poder ver a mi madre”, relata a Córdoba Noticiasuna emocionada Latifa tres años después.
“Es injusto, soy cercana a mis hermanos y tíos pero vivo separada, no puedo ir a bodas ni funerales, solo tengo WhatsApp”, agrega.
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