Los españoles pudieron ingresar a espacios públicos interiores, como oficinas, escuelas, tiendas y gimnasios, sin usar una máscara facial por primera vez en dos años, ya que el país relajó aún más sus regulaciones de Covid-19 el miércoles.
La medida, que no se aplica a los entornos sanitarios ni al transporte público, fue bien recibida por buena parte de la población que se sintió aliviada de poder quitarse la mascarilla aunque algunos fueron más cautelosos y optaron por seguir observando la medida a pesar del cambio de normativa.
“Como ciudadana soy feliz”, dice a Córdoba NoticiasGema, que trabaja en un puesto de un mercado del centro de Madrid. “Todos teníamos muchas ganas de quitárnoslos, pero en las tiendas creo que mucha gente seguirá usándolos”.
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