Un equipo de natación de niños ucranianos discapacitados en Estambul, donde han estado varados durante las últimas 10 semanas desde que comenzó la invasión de Rusia, se está centrando en su régimen de entrenamiento para no pensar en los horrores de la guerra y la difícil situación de sus familias en casa.
Llegaron a la ciudad turca el 17 de febrero para un campo de entrenamiento de dos semanas antes del campeonato nacional ucraniano, pero la invasión de Ucrania por parte de Moscú una semana después les impidió regresar a casa.
«Es una sensación extraña, no puedes ir a casa», dice a Córdoba Noticiasel nadador Kyrylo Garashchenko.
«No sabes lo que va a pasar en el futuro, no sabes dónde están tus padres y amigos, qué les pasa… Esto es duro para la mente, estamos agotados», agrega.
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